¨Hace tiempo que sé que el mundo no es mío, ni mi hogar.
Si la vida es una orgía, yo voy de paja mental.
Puritita fantasía; nada menos, nada más.¨

jueves, 28 de julio de 2011

V

Es como si tocara una parte de mi que está en otro lugar,
como si me salpicara el rostro el estallido del viento
que mantuve cautivo entre las costillas
y se borrara el mundo.
Es, también, como la sofocación y la nicotina.
Tiene el olor tibio de la ausencia
y da la extraña sensación de no habitar ningún cuerpo.
Tiene en los ojos la profundidad de los océanos
y la extensión de un universo lento y paralelo;
tiene constelaciones y cosas que no conozco;
y otras que me son indescriptibles.
Aunque, tal vez, y sólo tal vez, no sean sus ojos;
sino su forma de VER,
la manera en que su pupila se expande 
cuando me enfoca,
cómo entra y refleja la luz
tal como el ámbar oscuro de las resinas.
Sus ojos poblados de algo que no sé.

Cuántos ojos vacíos he visto en mi vida,
cuántas miradas esquivas ha esquivado la mía?

Sus ojos cargados de mieles espesas 
y perfumada
de tenebrosidad cristalina,
sus ojos... que pudiendo ver la nada,
a mi me miran.

martes, 26 de julio de 2011

Dónde está lo que te escribí?

Dónde lo que pinté con tus colores de lluvia,
con la sangre de amores improbables.
Un tallado final abierto que no vale la pena.
Donde está lo que te escribí, lo que vomité, lo que recité...
La caricia del tiempo que rasga pieles;
y, finalemente, desaparece sin dejar secuelas...
Quedó tó desgastado entre tus piernas,
desapareciendo en tu reloj de mierda,
contabilizando los besos y minimizando las consecuencias.
 
Ya me has visto sufrir...
has contemplado el dramático espectáculo
de mi papel interprentándose en la infinita comedia del arte.


Dónde las punzantes heridas del latir furioso de mi pecho de viento?

Quedan mis versos vencidos a la estática rutina
de existir sin colores que me vistan,

donde todavía me ves de cerca, con tu sonrisa siniestra;
mientras me tiritan los dientes de frio y de miedo.
Donde florecen mis injurias como espadas al cielo
y a la humanidad entera...
en algún lugar despoblado de cualquier algodonada palabra;
donde sólo lluevo, salpico y me evaporo
en el silencio moribundo de la medianoche.

martes, 19 de julio de 2011

IV

Intermitentemente, el frío me perfora los huesos;
mi apaisado dolor se expande por la ínfima calidez
de las sábanas arrugadas bajo mi cuerpo;
las luces me cegan y la sangre discurre por lo tubos que cuelgan.

Qué pasó? No recuerdo nada.

Un sudor frío, una fiebre que me carboniza las entrañas
y la mirada desesperada de los que me cuidan,
sus sonrisas grisaseas de llantos sin lágrimas,
mi respirar lento y sufrido, mi pecho oprimido por las bendas,
el olor a pastillas y la indiferencia de la morfina.
Las nauseas que me sacuden el suelo
y la muerte sentada a mi lado, me acaricia el cabello.