¨Hace tiempo que sé que el mundo no es mío, ni mi hogar.
Si la vida es una orgía, yo voy de paja mental.
Puritita fantasía; nada menos, nada más.¨

miércoles, 29 de febrero de 2012

De vez en cuando que seamos un@

A veces no tengo ganas de reconocer tus límites,
ni las aristas de tu integración.
La verdad es que, a veces, me hincha las bolas
tu puesta de puntos en todas las letras de mis poemas.
Algunas noches de euforia quisiera creerte en mis dominios
donde no pido permiso ni justifico mi avance en tu territorio,
sentir que te guardo en el bolsillo roto de mi corazón
que te tengo y que conmigo te llevo.
Otras noches de nostalgia herida quisiera mi abandono en tu puerta,
tenderte mi alma como una bandera blanca de rendición
y mi pacifica entrega.

De vez en cuando, en noches como estas,
quisiera que entre nosotr@s dos no existan fronteras. 

martes, 28 de febrero de 2012

XXIV

Te lastimaría,
y no es una advertencia y menos una amenza, es más bien una invitación a un día siniestro,
a la vera del río vacío de mi bronca, al trauma del recuerdo como un gusano en las tripas,
al tedio de la espera aburrida y apoyada en una barra imaginaria,
a la queja del tango y a la nostalgia del sueño de quien no puede soñar.
Hoy, tengo los sentimientos enfermos; infectado en su última herida el corazón,
hoy tengo una sensación terrible de ser, francamente, un imbécil.
En guardia, te apunto. Te odio, te digo que hoy te odio;
porque te extrañé demasiado, y no te quiero ni escuchar
que odio extrañar como extraño yo, haciéndome chiquit@,
poniéndome en el lugar de los perros
o en el lugar de los huérfanos. 

XXIII

Cuando no te encuentro, y no quiero decir verte,
quiero decir encontrarte hundid@ en los recovecos de mis pensamientos,
o en lo que escribo, en las esquinas de las hojas del cuaderno,
o en la quietud de los árboles que se ven desde el techo.
Cuando te hablo y sólo responde tu silencio,
o la ausencia de tus ojos implacablemente negros,
ardidos de carbón y pocos solemnes,
como dos huecos deshabitados o como dos tiros en tu cara de ausencia.
Abro los ojos a tu omitida existencia, y no hay nada de verdad.
no te encuentro en la sombra que pinto,
y tu vacío lo cubre todo con su manto transparente cuando no estás.

XXII


Yo soy quien te espera, aunque este nula mi presencia;
aunque aparente no estar con mi vacío en tu cama. 
Y no lo decís vos, lo digo yo; Con la autoridad que tengo sobre mí. 
Con lo disfuncional de nuestra historia, y el destiempo que nos toca. 
Hubiera querido otro tiempo, otras cosas; pero nacimos donde nacimos 
y en las circunstancia que nos han devenido.
Aprendí a cara de perro lo que nadie me enseñó.
Ensayé, una y otra vez, lo que tengo que ser:




Yo soy tu mujer. 



miércoles, 22 de febrero de 2012

Sigue siendo probable

Sin usar adornos, ni lunas como farolitos de la noche,
ni mis tristezas fingidas como guirnaldas para apelar a tu solidaria dulzura,
como cuando ves un perro solo en la calle, y le das de tomar agua de tus manos,
arrodillad@ en el pasto.
Las cosas pasan; aveces, como moscas que zumban,
otras como el agua fantasmal del Reconquista y sus botellas de plástico reciclable,
o como el tiempo, que te enclaustra contra la pared y te aprieta la corbatita,
sin violencias sensuales que te exalten, te va quitando el aire...
Pero pasa.
Y no hay cosas buenas ni malas, sólo hay cosas que pasan;
y sino te atropella un beso puede que lo haga un auto;
y al mediodía cuando el sol sale, sigue siendo probable que te llueva


hasta las rodillas.

Para mí, escribir.

Para mí, escribir es una tarea difícil, no es algo que pueda hacer deliberadamente; por lo tanto, carezco de talento y espontaneidad. De todos modos la necesidad impera, aunque levemente; y a fuerza de voluntad, me tiendo panza abajo sobre el pasto y pienso...
Necesito la inspiración de los poetas, no digamos un Shakespeare, ni Neruda...
Estoy harta de leer poesía.  No busco inspiración y tampoco la encuentro, aunque la necesite. Estoy tan hasta los huevos del sobre valorado intelecto. El don de las buenas gentes.; El dinero, la belleza... y si eso no basta, o no es está nuestro humilde alcance, Los Libros... Si, memorizar fechas, nombre de escritores y de afilados filósofos, nos convida a la bienvenida del ¨nerdo¨, diría mi compañero, y nos hace Buena Gente, interesantes. Repitiendo como loritos los pensamientos de los otros.
Eso es cultura general. Tiene un@ que tener cultura general. Porque si además de poco talentosos, feos y pobres, no tenemos cultura general... estamos al horno.
Sí, yo sé... mis maestros se revolcarían en sus tumbas, si es que estuvieran muertos. Pues sepan, me copie en todas y cada una de mis evaluaciones, y lo único que aprendí fue a dibujar obscenidades para impresionar al profesor de historia.
Para mí escribir es algo complicado. Como algunas metáforas.
Hablo con los chicos que tienen la misma edad que yo, cuando empecé a fingir que escribía, y los envidio. Yo escribo, exudo comparaciones magnificas, tengo una estricta dieta de cinco o seis libros por semana, dicen y los envidio... Yo a gatas me levanto, y me arrastro otra vez hasta algún rincón calentito para seguir respirando en horizontal. Bueno, no los envidio tanto.
La finita biblioteca que se levanta cerca de la ventana de mi guarida, tiene muchos ejemplares que esperan por algunos ojos interesados que no son los míos. Un poco los envidio. Quizás, el entusiasmo. No obstante, no entiendo el afán. O si lo entiendo. Pero me rehúso a creerlo. Me resisto a ello como me resisto a pagar el dinero que le debo al estado, a votar, o cebar mates.
Los cachorros de intelectuales del futuro, se proclaman en lucha contra la sociedad. Pero aprenden cada palabra, punto y coma del enfermizo trajinar de la evolución social. Incluso hemos dado con algunos anarquistas que se asociaron en partidos para imponer por la fuerza una idea que es sólo de ellos.
Si, cierto... aprender el pasado para que no lo repitamos... joder, eso no sirvió nunca en toda la historia de adiestramiento escolar para la insertar un humano útil a la sociedad. A sabiendas, repone uno tras otro los mismos especímenes corruptibles. Porque eso, es algo que se enseña en la escuela, como el patriotismo y otras diferenciaciones que tenemos que hacer porque somos pocos y mejores.
Para mí es difícil escribir, desde mi punto de vista; una persona que no sabe nada y que no está dispuesta a nada... Allá ellos, en la multitud, y acá nosotros, en la pequeñez, de los que no nos preocupamos por nada. Cero compromiso social en la literatura, sólo el derroche de palabras; Como quien se prende un cigarro y escucha música sin pensar. Sabiendo que sus ideas no son tan importantes como para que usted se ofenda. 

lunes, 20 de febrero de 2012

...

El rubio decía, uno no puede ser completamente libre. Siempre se está dependiendo de los demás y o la sociedad. Y Uno, en realidad no sabe qué decirle a esta persona. Quizás te fuerces en hacerle ver la diferencia entre ser útil para sociedad y que la sociedad te sea útil.
A mitad del día hemos llegado a la brillante conclusión de que, lo importante es que sobrevivimos. A lo que sea. Al fastidio de ser paridos contra nuestra voluntad y la familia que nos toca subsecuentemente, al calentamiento global y a una violenta adolescencia en las mismas calles donde hoy nos roban.
Con frecuencia hemos abortado nuestras vidas, tan fácilmente como la hemos imaginado, y aún así, hemos sobrevivido; y luchado con el afán de un asesino a sueldo, para conseguir la exclusividad de ser un@, individual, único e irrepetible; logrando al fin, la malvenida separatividad, que antes era un castigo.
Y para qué? Para darnos cuenta, que nuestra autenticidad, era una más en el mar sin fin de los auténticos que pueblan este basto planeta; únicos en su obra; muy mal o muy bien vestidos, raros o insulsos, ermitaños o líderes de alguna corte de menos auténticos seguidores; todos individuos individuales, sumergidos y arrastrados   por su propia manada.
Siempre me pregunto cómo es posible que existan personas que siquiera consiguen imaginar algo fuera de su pulcra multitud de individualidades. Y peor aún, he oído rubios licenciados en algo, jurando por sus muertos que la libertad es sólo un concepto. Y eso, es tristemente gracioso.







El jean y su relación con Cuba

Para variar, sólo esa noche, me puse puse un jean. O intenté. Cualquiera diría que no representa ningún esfuerzo. Pero, para mí casi todo representa uno.
Me quité mi cómodo pantalón de combate y me calcé el jean.  Antes de salir de mi casa a la noche que me esperaba, di muchas vueltas. Me mire reiteradas veces al espejo. Tal vez me vea como cualquier ser humano con Jean. Pero no me siento yo. Me siento otr@ extrañ@  amatambrad@, semidesnud@
Te queda Justo dice el espejo. Si. Muy. Al dente, diría alguien que conocí y que ya no hablamos. Se lo veo puesto a otras personas, y me parece capaz de lucir cualquier trasero, en especial el de las señoritas; esos jeans tienen un corte especializado para resaltar la  redondez.
A mi, particularmente, el Jean me hace sentir oprimid@. Sin embargo, en mis mocedades, era una prenda infaltable para mi pequeñez escuálida, y creo que nunca me favoreció en nada, pero los usaba asiduamente hasta gastarlo, y posteriormente, desaparecían sin dejar rastro alguno. En principio creía que mi madre era responsable, pero cabe la posibilidad de que sólo se desintegraran.
Finalmente, opté por no dejármelo puesto. Es un jean común, gris oscuro. Y si yo fuera otra persona, diría que me queda bien. Pero soy yo, y no me siento bien dentro de estas telas. Es como si me abrazaran desagradablemente contra mi voluntad, todo el tiempo. Coarta mis movimientos. No puedo andar libremente con un jean. Si hace calor, se pega a la piel humedecido y asqueroso, si hace frío es como el desamparo.
Así debe sentirse un Cubano.

martes, 14 de febrero de 2012

Antes de dejar de fumar





Se hace la noche y todo en calma. Nada pasó hoy, y es tarde para que pase algo.
Se apagó el zumbido del día y sobre la repisa duermen las gafas de sol . Entonces, contemplo la piedra, la mido, la parto y la pico. Aspiro. Tomo el humo como si fuera mi última bocanada posible. Como si no quedara más aire que respirar en el mundo, salvo ése, llenito de humo.
Afino los pensamientos con el caos. Sobran sonidos. Apago la tele. Sobran sonidos. Apago la gente.
Ahora estamos, los sonidos que sobran y yo, sin decirnos nada; y por un rato largo nos miramos.
Me levanto. Ya vuelvo, le digo. No responde nada.
La expedición al baño ha sido todo un éxito, sólo tarde una infinidad de pasillo y cocina desierta, con su comedor y todo. Cuando volví, el ruidoso silencio seguía sentado frente a la compu. Typeando espacios en mi blog. Rellenando con vacío todas las líneas que hubiera querido decir, o escribir o pintar.
Tal vez si fuera al patio y fumara... Después de todo lo que fumé, el cáncer no es ninguna amenaza, es una promesa.
Siempre. Todos los días dejo de fumar.
Pero éste es mi último paquete de cigarrillos...

como todos los otros

XXI

Pasó, y fue como un viento sin ruido que arrasa las palabras,
como un destripar de canciones alusivas;
como una masacre nostálgica del futuro que aun no existe.
Pasó... Quedamos, quedé,
sin nada que odiar; sin recuerdos fatídicos a los que abrazarme
cuando no esté, sin ausencias que lamentar;
huecos, hueca; vacíos, vacía
de todo lo que me revolvió las tripas, esta última vuelta. 
Hoy la noche se hace la muerta
y lo delgado que es el amor, me conmueve.
Famélico, y rodeado de moscas sobrevive, apenas respira.
Y aun me acurruco a su lado, abrigándome en las arrugas de su ropa gastada.
Lo veo indefenso, cobarde, y beso las palmas de sus manos heridas.
Como perros sin dueños,
solos y amontonados
sin saber qué hacer más ladrarnos u olernos la carne
con ese hambre desesperado,
oyendo las oxidadas campanadas de nuestro corazón compartido,
esta condición siamesa de no palpitar sin su latir,
de sangrar un poquito cada rayo de sol
y cada noche sin beso doliente,
sin clavar los colmillos en el furioso amor que nos desviste; pasó.
Y todo siguió igual...
el mismo hambre, el mismo sueño,
el mismo latido, la misma condición siamesa,
el mismo pecho como una estación donde me duermo
y la misma tibieza con la que me espera todos los días  .







viernes, 10 de febrero de 2012

Otros menesteres

La otra vez que te vi, pensé en hablarte, pero me demoré demasiado en encontrar las palabras apropiadas.
Cuando me animé ya no estabas. El Fantasma Gris dijo que, los hombres nobles eluden esfuerzo realizando uno superior; licenciado en el arte de la excusa barroca.
Yo te escribo desde el fondo de esta guerra que se deliberan mi cuerpo y sus costumbres, contra lo que tengo que hacer para ser y su falta de experiencia en lo que es.
Había estado pensando en vos, no tanto; pero sí considerablemente, desde que vi una foto tuya, que fue tan sorpresiva como fue tu palabra, aunque no dijera nada.
Honestamente, esperaba que no tuviera que pasar, que no nos tuviéramos que ver. Pero hoy, evalúo y digo:
Es una oportunidad, a la que me dispongo, esperando que pasen sólo dos cosas: que concretemos la transacción e ignoremos, casi completamente, que estamos en el mismo lugar - y pensar más tarde, en mi caso, que desperdicié esa forzosa oportunidad- o puede que, pasemos una noche amable, parados uno junto al otro, escuchando semejante banda...  por ahí hasta nos decimos algo. Qué buena noche sería.
Pero, si la suerte, al fin, se decide por obviarme, te habré visto y habré comprobado que, verte es como encontrar una palabra tuya en mi dirección de correo; algo que me hace reír y no causa gracia.
En fin, te escribo para decirte gracias; por escribir, llevarme el ticket y otros menesteres.



sábado, 4 de febrero de 2012

XX

Algo pasó?
Algo pasa o va a pasar.
Lo siento en mi sentir 
o clavado en mi plexo solar.
Quizás se caiga el mundo,
o sólo el mío, sea trizado,
quizás la luna vio más de lo que quería,
quizás el viento entienda 
más de lo que se espera de silencios,
o quizás no sea nada...
y sólo sea el aviso de la llegada del invierno
a este calor que me gotea,
o los ojitos mudos que dan respuestas
 a mis tripas revueltas.

Hoy se rifa la suerte
y no espero ganar.


miércoles, 1 de febrero de 2012

IXX

Hay algo enfermo en el amor.
Algo que me da bronca entre risas,
que sacude  mi sombra oscura
en destellos de colores,
que la desarma en chispas.
Tiene voces de humo y sustancial memoria,
de camas y piernas mojadas
mezcladas como hierba en la selva.
Y se levanta cada día conmigo 
y me atormenta apuntando ausencias
con su afilada lengua.
Tiene el amor algo de chiste, 
algo risible
y algo oscuro con lo que  se viste.





miss you

Te extrañé hoy, de una manera  enferma,
como yo nunca extraño.
Mientras se caían a pedazos las nubes,
y en el baño
bajo el agua caliente
también te extrañé,
como sólo extraña el tango;
con la poderosa tristeza del blues 
o los ojitos tristes de los collas.
Como un moribundo amor,
agonizando de esperanzas, 
te extrañé.
Y besé tu fantasma
y me apreté tu ropa en la cara.

Me hicieron falta
un cigarro y tu risa arlequina,
tus besos de cerveza
y una lucha cuerpo a cuerpo;
la luna colgada en la ventana de cuarto,
revolcarnos en el suelo 
o encamarnos.

En resumidas cuentas,
te extraño.