¨Hace tiempo que sé que el mundo no es mío, ni mi hogar.
Si la vida es una orgía, yo voy de paja mental.
Puritita fantasía; nada menos, nada más.¨

martes, 31 de enero de 2012

Solitos ellos

Sus manos les son destinadas,
los huesos de sus manos son de su pelo,
sus espacios vacíos y sus silencios muertos
o dormidos como siglos,
se los han guardado enteros.
Tan solos, a la sombra del mundo,
tan aislados de todo,
solitos ellos, estando juntos.
Y basta su olor para borrar el pasado,
y basta su boca para curarse los besos.
Más de un cuarto de siglo aguardaron
sus tristeza de luto y cementerio,
y se llegaron nublados
sin parecidos notables
a las mañanas de antes.
Y como ahora no se agitaba la luna,
y como ahora, día por medio,
más de un cuarto de siglo,
se esperan durmiendo.

domingo, 22 de enero de 2012

Solos mi verso y yo

Sin nadie. Colgados del techo, goteando.
Sin siquiera una sombra,
con la mudez de mis escritos que palpitan.
Triste y acurrucados
como los perros de la calle,
mi verso y yo,
Solos.
Como somos entre la multitud de los otros,
como un beso muerto a escopetazos
o asfixiado bajo una mano asesina y cruel.
Mi lápiz, que no es la voz de nadie
escribe el vacío del viento,
y caída la noche
sobre nuestros hombros,
mi verso y yo, nos lamemos.



lunes, 16 de enero de 2012

Se hunde en los suspiros

Tengo las palabras dormidas;
son vacíos que no me caben en la boca.
La saliva densa de besos nocturnos y borrachos.
Los bolsillos llenos de ruiditos
de insectos y cigarros.
Una intermitente sonrisa del sol acerado
en los bosques muertos del norte.
Si pudiera decir los silencios...
o gritar tus imágenes congeladas,
estáticas en mi memoria defectuosa;
sería mejor poeta de lo que soy.

Es la noche, y es el calor de cerveza embebidos,
o quizás la abstinencia del humo,
como la nostalgia de tu cuerpo de feriado
desnudo y abrazado al mío.
Nada se nos escapa a los colmillos,
ni la Luna, ni el sonido, ni el viento,
todo está alcance de nuestro hambre.

Dulce es la tristeza de no verte
y el riesgo de morir en la asfixiante libertad 
que nos condena.
Dulce, y felízmente, será la  muerte
que nos venga,
nos vista y nos desvista
ante los boquiabierto poros de   la piel. 

Ahora, con vos y sin vos presente,
con tu sombra y tu recuerdo,
con  tu agitación y mi frío constante,
me revuelco en las letras 
que no tengo para confesarme.

Donde estás sin mis diente en tus hombros?
Dónde estoy sin mis pies en la tierra?

Pondré universos y hechicería,
historias de lugares lejanos,
y poesía,
pondré el pecho y las balas, 
de ser necesario;
pondré mi vida o mi muerte, 
para abrazarte.








martes, 10 de enero de 2012

Sobre tu ausencia

Se apagó la luz y se desparramó tu ausencia, volátil,
 con el viento del ventilador,
sobre la noche, mi cama y mis pensamientos.
Como un agua muerta,
como un silencio que inunda de oscuridad extrema
y es como si se me encogiera el corazón, y doliera;
como un calambre en el alma,
el dolor latente de una puñalada en el cuello,
la perforación de mi garganta que me oprime el pecho.
Una sola palabra,
un mínimo sonido que saliera de mí,
me haría llorar.