Es como si tocara una parte de mi que está en otro lugar,
como si me salpicara el rostro el estallido del viento
que mantuve cautivo entre las costillas
y se borrara el mundo.
Es, también, como la sofocación y la nicotina.
Tiene el olor tibio de la ausencia
Tiene el olor tibio de la ausencia
y da la extraña sensación de no habitar ningún cuerpo.
Tiene en los ojos la profundidad de los océanos
y la extensión de un universo lento y paralelo;
tiene constelaciones y cosas que no conozco;
y otras que me son indescriptibles.
Aunque, tal vez, y sólo tal vez, no sean sus ojos;
sino su forma de VER,
la manera en que su pupila se expande
cuando me enfoca,
cómo entra y refleja la luz
tal como el ámbar oscuro de las resinas.
Sus ojos poblados de algo que no sé.
Cuántos ojos vacíos he visto en mi vida,
cuántas miradas esquivas ha esquivado la mía?
Sus ojos cargados de mieles espesas
y perfumada
de tenebrosidad cristalina,
sus ojos... que pudiendo ver la nada,
a mi me miran.