Cuánta es la Locura que embarca
En este tren, ante la mirada perpleja
de los viejos mas conservadores,
que entre espantados y admirados,
desmigajan mi imagen impresentable…
pero viajo, con el estomago oprimido,
con mi corazón queriéndose salir,
abriendo paso por mi esternón, a galope,
con la sensación de ser un recuerdo viejo,
que sólo existe porque quieren recordarlo.
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