Te esperé anoche hasta que me dormí... pasa que fumamos, y usted sabrá más que yo, amigo...
A estas alturas de la conciencia, la muerte es una sensación más física que una idea abstracta, o la ilusión estúpida de un proyecto a futuro.
Y estaba, en la penumbra del patio de mi casa, esperando que su voz fantasmal gritara en mi celular. Pero, durante la espera, y luego de una honesta conversación con quien soy por dentro, un tibio zumbido apuñaló mi oído izquierdo; después de haber llegado a la conclusión de que, todavía me creo importante; todavía me aferro a mi vida; todavía creo que tengo cosas que perder...
Me dije yo, asombrada por mi humanidad ¨me aferro a mi vida como un idiota a sus cosas¨, en ese instante ocurrió que mi muerte amiga me susurro con su aliento sordo y húmedo que todavía estoy viva...
Comprenda, estas cosas me asustan. Y pasan, cada vez, con mayor frecuencia; Quisiera contarle con más detalles, estos sucesos, pero creo que deberíamos pensar en las cartas a la antigua; el viejo método analógico de comunicación; y recuperar cierto romanticismo que el escritor debería mantener y resistir, sólo un poco, a esta modernidad brutal, y casi siniestra...
Bueno, amigo... eso.
Siempre será bienvenida su presencia en la forma que sea y en la vida que nos toque.
Te abrazo con las nubes grises del cielo.
A saber, esta gris contradicción que llevamos dentro, más seguido que siempre.
ResponderEliminarMe gustó, muy humano (y perdón que use el término como adjetivo pero es que es así).
Abrabeso.
Abrabeso pa tí,tamb...
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