OJalá que vengas...
con tu cuerpo cobrizo de amaneceres caribeños,
con tu palabra tibia de humo azulado.
Ojala vengas más alta, más adulta y tetona.
Que traigas tu lengua entrenada de acentos extranjeros
y tus silencio erguido.
Que vuelvas a donde te espero sentada y fumando recuerdos.
Que vengas en el viento de mis nostalgias de esquina,
Yael de besos construida;
OJalá, fuera pronto y cerca de mi ventana,
te me plantes, como un día, de frente
a apurarme un beso que muera en mi boca...
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