El frío ahuyentado se trepa del cielo,
Energía contenida que, por fin, corre por las venas.
Besos anatómicos Que cuadran perfectamente y llueven
como en granizo desde lo más alto de la ansiedad,
golpeando contra cuerpos cobrizos y confundidos.
Maraña de olores y sensaciones,
Besos húmedos que saben a sal,
Besos desnudos de nieve y fuego,
Perdidos en sombras de ojos enormes y bien cerrados,
De los que quedan destinados
A quienes se hallaron Siguiendo la fragancia del bosque,
Besos anatómicos e instinto de morder.
Reconozco mi derrota, besando en tu boca,
Mi propio amor salvaje.
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