Junto con la quita bocanada de humo
aspira los tintes de la noche
y de golpe, todo aclarece.
Camina. Deambula el encierro de su ser
en una cárcel de la que no puede huir,
que lo contiene o le impide que sea uno con el mundo.
Se le enredan los recuerdos en el pelo; es difícil saber cuánto tiempo lleva ahí, perdido dentro de sí, desesperadamente libre de todo.
Dentro, Corren ríos espejados de palabras transparentes; cascadas de poesía musicalmente perfecta que brotan de un huequito del alma. Afuera, el resto del mundo. Aquí yerguen arboles azules que abrigan bajo sus llovidas ramas todas las amantes que tuvo en una orgía infinita; afuera los estériles esfuerzos de la vida cotidiana mientras que acá crecen espinas sin flores pero sabe que, en algún recoveco, hallará su tibio idilio y a su sombra enamorada; y los vientos perfumados desordenan las ideas.
Afuera, permanece tendido, inmutable dentro, llora, ríe y convulsiona bajo una lluvia de colores Afuera se cae el mundo a cachos y acá... no nos importa
Se le enredan los recuerdos en el pelo; es difícil saber cuánto tiempo lleva ahí, perdido dentro de sí, desesperadamente libre de todo.
Dentro, Corren ríos espejados de palabras transparentes; cascadas de poesía musicalmente perfecta que brotan de un huequito del alma. Afuera, el resto del mundo. Aquí yerguen arboles azules que abrigan bajo sus llovidas ramas todas las amantes que tuvo en una orgía infinita; afuera los estériles esfuerzos de la vida cotidiana mientras que acá crecen espinas sin flores pero sabe que, en algún recoveco, hallará su tibio idilio y a su sombra enamorada; y los vientos perfumados desordenan las ideas.
Afuera, permanece tendido, inmutable dentro, llora, ríe y convulsiona bajo una lluvia de colores Afuera se cae el mundo a cachos y acá... no nos importa
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