Yo leo y su mirada, se hace intermitente,
mis ojos clavados en un libro,
y su cabeza apoyada en el pasto,
intercalándome con el cielo,
que cayó pesado en el horizonte.
Por un rato,
y su cabeza apoyada en el pasto,
intercalándome con el cielo,
que cayó pesado en el horizonte.
Por un rato,
sólo por el rato que dura esta eternidad
reducida a unos instantes,
repito palabras que escribió otro
porque nunca las supe decir,
yo le leo...
y todo se amplia con el humo:
de una hoja cae espesamente lenta una gota
y se une al silencio del agua muda
y se curva expansivamente hasta el infinito.
Maullidos y siluetas felinas,
cachos de cielo estrellado adheridos a la luna;
resplandecen relámpagos de dudas punzantes
por las palabras prestadas
que resisten su extinción
agonizando en el agua de sus ojos
y confunden con mi reflejo
mis palabras, las de otro
y su poca fe...
reducida a unos instantes,
repito palabras que escribió otro
porque nunca las supe decir,
yo le leo...
y todo se amplia con el humo:
de una hoja cae espesamente lenta una gota
y se une al silencio del agua muda
y se curva expansivamente hasta el infinito.
Maullidos y siluetas felinas,
cachos de cielo estrellado adheridos a la luna;
resplandecen relámpagos de dudas punzantes
por las palabras prestadas
que resisten su extinción
agonizando en el agua de sus ojos
y confunden con mi reflejo
mis palabras, las de otro
y su poca fe...
No hay comentarios:
Publicar un comentario