Diluye tu cuerpo en la esencia de mi ser aletargado,
Pierde la cobriza extensión de tu desnudez
En la profundidad del territorio de mi nombre
Y respira…
Sumérgete en mi herida sangre gitana
Que baila entre las estrellas de mi pecho;
Eclipsa con las lunas de tus ojos
Los soles de mi boca.
Tuyo el tiempo adormecido
Que acunan tus pestañas,
Mío el mapa cósmico de tu espalda.
Encierra entre tus manos este corazón
Que en estado salvaje, detona maremotos
Y respira…
Destella el fulgor de tus ojos de humo
En la impudicia de mis pensamientos,
Respira, absorbe mi sustancia
Para que vivas mi vida como propia
Y entiendas como entiendo
El reptar de almas,
El aletear del enjambre de sombras
Nacido en un charco de barro y estiércol;
Para querer como quiero lo que hay de ti
En todo el mundo, en cada persona,
En cada piedra, en cada árbol,
En los gatos, en la música, la palabra,
La sangre y la tinta.
Para que odies como odio
Lo que hay de mí en todo…
Respira…
Respírame… y exhala mis sobras.
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